Proyecto


LaMaría es una agencia de asistencia para artistas, una galería virtual de arte, un espacio de gestión y promoción cultural; concibiéndose en sus inicios, como un puente entre la producción artística chilena y los espacios expositivos que se presentan en la ciudad de Buenos Aires.

Desde ambos lados de la cordillera llamamos “trasandino” a ese otro que encontraríamos al cruzar, esta denominación da cuenta de que las relaciones que hemos establecido entre Chile y Argentina han estado marcadas por el emblema geográfico de la Cordillera de los Andes, emblema que interrumpe una conexión directa en diferentes sentidos. Aún así, durante los últimos años en el ámbito cultural, se ha intensificado el interés por lo que sucede en el “país vecino”, volviéndose este notoriamente recíproco.

Tomando en cuenta  esta situación actual y principalmente convencidas de la necesidad de abrir nexos que permitan el diálogo entre los nuevos representantes del arte de ambos países, es que hemos pensado a  LaMaría como un espacio hacia  la gestión y promoción del arte chileno actual, con sede en Buenos Aires. El cual planteamos como un proyecto abarcativo, donde la comercialización de arte no es un objetivo único ni central. Buscamos así diferenciarnos  de las  pretensiones comunes de los “nuevos espacios de arte” y alejarnos del enfriamiento racional de la concepción de arte pulcro y mercantilista, pensado por y para las galerías.  Nuestro rol principal se traduce  en convertirnos en  facilitadores  de nuevos diálogos artísticos y culturales donde confluyan los diferentes abordajes del arte contemporáneo,  por medio de la generación de propuestas  asociativas entre artistas, teóricos, curadores, espacios artísticos y el público; todos agentes primordiales en la legitimación artística. Así mismo nos interesa trabajar en conjunto con artistas ligados a propuestas críticas e incisivas de aquella mirada contemplativa  del contexto social y artístico en el cual se desarrollan, que a través de la utilización de una multiplicidad de lenguajes de producción, sean capaces de establecer  un  borde  alineado firmemente a los costados de la tradición y  sin embargo logren permanecer abiertos a un diálogo crítico y constructivo con la institucionalidad.